miércoles, 6 de mayo de 2020

Sapiensapiensapiensa

Se puso a pensar sin saber que lo hacía. ¿Qué era un pensamiento si no una manifestación en sí y por sí misma? ¿Acaso es uno consciente de que no está observando nada cuando posa la mirada en el todo? Pensó en sus hijos, pensó en su madre, pensó en su vida, pensó en su muerte, la que aún no había llegado, pero que también estaba ahí, pensándolo como él a ella. Daba igual porque el resultado era el mismo. Eso tampoco sabía que sabía. Curiosamente, lo que realizaba en ese instante era poco o muy similar a esta dualidad. Pensaba, aunque sus ideas estaban tan dispersas como el vapor. Pero el vapor se esparce y no desaparece. Lo sistemático de sus razonamientos era igualmente mecánico, por el simple hecho de que decidía en qué enfocarse y en qué no con un automático forcejeo.
- Lo siento. Estaba pensando un poco.
- ¿En qué?
- En nada.
- Entonces, para qué molestarse.
- Acabo de decir que pensaba en nada, no que no pensaba en nada.
- ¿Cuál sería la diferencia ahí?
- No podría explicarlo, debo pensarlo.

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