Tomó dos sobres de azúcar del recipiente de la cafetería, agradeció al cajero y a la trabajadora que le despachó su café y se sentó rápidamente en una mesa vacía que encontró alejada del tráfico de los demás clientes. Pensó inconscientemente en lo que su esposa le había dicho ayer, se preocupó. Luego recordó la proforma que debía cotizar antes del medio día para la empresa mientras se aventuraba a pronosticar que de seguro no lo lograría a tiempo. Se preocupó más. Mierda, pensó al darse cuenta de que había agarrado azúcar morena en lugar de blanca. Ya había abierto una de ellas y como no era fanático del derroche, decidió devolver la sobrante, cambiarla y mezclar dos tipos de azúcar solo por esta vez.
Mientras daba vueltas a su café lentamente con el pequeño palo de madera que el cajero le ofreció durante su retorno al mostrador, se quedó absorto mirando por la ventana del lugar a un niño que recogía tapas en la calle a medida que daba un par de pasos. Su madre lo levantada de un tirón en cada ocasión y este lloraba oponiendo resistencia. Consideró simpática la idea de coleccionar tapillas comunes cuando tuviera tiempo libre. Pero no, ¡ahora no! ¡La proforma! ¡Su mujer! Imaginó de forma imprecisa a su jefe reclamándole por su demora injustificada al llegar al trabajo, su voz sonaba extrañamente parecida a la de su esposa cuando se enojaba. En una abstracción de su mente no pudo distinguir entre la proveniencia original de los reclamos de ninguno de los dos personajes.
¡Qué buen episodio el de su serie de anoche!, no podía esperar hasta el siguiente domingo para el final de temporada, también la canción con la que cerró el capítulo le había agradado mucho. Se volvió a desilusionar por no haber podido identificarla a tiempo con Shazam. ¿Qué estaba pensando antes de eso? El café se enfriaba, bebió el primer sorbo. No entendió por qué alguien preferiría azúcar morena para prepararse un café. Jugó con las llaves de su auto entre sus dedos mientras observaba el televisor elevado a pocos metros de él. El resumen de las noticias: su equipo se encontraba puntero de nuevo en el campeonato nacional, bien, el presidente anunciaba un aumento desmedido en los niveles de delincuencia en el país, temió por sus hijas durante un breve instante. Se enfocó nuevamente y preparó un discurso mental a manera de borrador que sería adaptable para salir ileso tanto del campo laboral como familiar. Terminó su café un poco más esperanzado. Estaba frío. Salió hacia su auto para dirigirse al trabajo, ahora con mayor premura que hace unos minutos. Recordó haber dejado su billetera sobre la bandeja que vació en el contenedor de basura.
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